Las paradojas de la ética o ¿Has actuado en conformidad con tu deseo?
cas de tablette de bord m allopurinol couleur de prescription contacte pour pas cher

Las paradojas de la ética o ¿Has actuado en conformidad con tu deseo?

Imprimir


Reseña de la clase impartida por Antoni Vicens

Socorro García


Reseña de la presentación de ANTONI VICENS del capítulo XXI del Seminario 7 de Jacques Lacan: La Ética del Psicoanálisis, en el Seminario del Campo Freudiando en Granada el 11 de mayo de 2013.

Antoni Vicens inició su presentación comentando que el Seminario 7 parece  dejar de lado la clínica, sin embargo está presente siempre. De hecho, Lacan a partir de este Seminario retoma toda la dimensión de la clínica desde la ética.

Tradicionalmente en la ética, hay un Bien Superior, más allá de los bienes. Este Bien, puede ser de orden individual o colectivo; lo colectivo es la política, lo individual es un bien imperceptible, pero que hay que tomar en cuenta para conseguir la verdadera felicidad, la ligada a un destino de la humanidad. Actuar éticamente, es actuar por ese bien de la humanidad. Kant creyó haber encontrado ese nudo entre el individuo y lo colectivo: “Actúa de tal modo  que la máxima que regula tu voluntad, pueda servir para la voluntad universal”.

Para el psicoanálisis no hay un Bien transcendental, ni imperativos universales, y si los hay, son paradójicos y es así como Lacan titula este capítulo “Las paradojas de la ética” o “¿Has actuado en conformidad con tu deseo?”, planteando esa máxima en la que confluye todo el seminario: “no hay que ceder en relación al deseo”. Lo que nos lleva a la pregunta por el deseo, no regulado por la voluntad sino por el Inconsciente, o más bien, dominado por él.
Esta Ética, es una ética a contracorriente de la  occidental, del intercambio de los bienes, de la ética del tendero (que denominó Vicens).

La ética se basa en un juicio, un juicio sobre la acción, alguien que juzga (aunque seamos nosotros mismos) emite un veredicto: “tú debes… o tú puedes…”. Así el juicio ético se entendía como un concepto ligado a la voluntad. La voluntad no es un concepto lacaniano, pero sí lo es el deseo, que a diferencia de la voluntad, necesita del discurso del Otro. Todo lo importante del ser humano se juega en relación a un discurso. El deseo no puede presentarse como individual, es siempre el deseo del otro, es una formación de discurso que siempre incluye al Otro, es inconsciente, es algo que me domina, no sé bien qué es mi deseo, no está en lo que pedimos, en lo que queremos; a veces, es justo lo contrario.

La Ética no es una máxima sino que es la relación entre juicios, de juicio a juicio. Hablar de ética implica introducir el discurso, necesito el juicio del otro, juicio aplazado a la respuesta del otro. Así es en el acto analítico, el analista actúa por su deseo de analista y solo por la respuesta del analizante puede confirmar que ha habido acto analítico, que implica un paso adelante del deseo del analista, destilado en su propio análisis.

El deseo del hombre no se satisface con ningún objeto de consumo, sino con un discurso, con el lenguaje. Tiene como objeto otro deseo y en esa operación no hay saldo cero, surgirá otro deseo, que se relanza y circula siempre porque el lenguaje así lo impone, produciéndose un plus que Lacan luego llamará goce. Cuando alguien actúa un deseo produce un sentido nuevo del tipo que sea. Ser deseante es esto, es estar atento a los nuevos sentidos que surgen. Para explicar este “nuevo sentido”, Lacan utiliza la tragedia y la comedia clásicas. Éstas no son sino una representación de ese sentido nuevo que surge. La falta, en el deseo, es constitutiva del ser humano y nada vendrá a satisfacerla. A diferencia del régimen de la culpa donde hablamos de una falta que puede ser pagada en forma de castigo, resarcimiento, etc., o como algo que puede ser perdonado si no aquí, en el otro mundo. Sin embargo, en el deseo es una falta lógica que nunca vendrá a ser saturada. Para nadie es posible saturar las faltas y de ahí la repetición. Hay una insistencia de lo real para cada ser humano (el sinthôme), no podemos prever su aparición pero reaparece siempre en una pequeña región, en un círculo y son las fronteras del fantasma. Repetición que no apela a ninguna contabilidad. Se repite lo real sin ley.

En este circuito vemos aparecer las tres grandes pasiones humanas: El amor, el odio y la ignorancia.
En el amor es fácil ver como repetimos, nos da la idea de un retorno siempre. En el odio y en la ignorancia también lo vemos. En la ignorancia: “todos como sujetos no queremos saber nada…”  dice Lacan. Y el trabajo de análisis es explorar este no querer saber. No queremos saber sobre nuestro goce, no queremos saber sobre nuestro deseo…

Hay, a continuación, una reflexión sobre la tragedia de Edipo rey en torno a la frase del coro que dice: “Lo mejor para el hombre sería no haber nacido y, una vez nacido, sería acabar cuanto antes con la vida”. Uno puede suicidarse pero no puede no haber nacido.

Para Vicens esta frase es la máxima expresión del odio. El odio más extremo es el odio a sí mismo. Es el odio que se puede detectar bien en la clínica de la melancolía, hay un odio y sus quejas son reproches al otro que no le ha tenido en cuenta. En la melancolía está muy hipotecado el sentido del amor, es decir la posibilidad de obtener un “sentido nuevo”. El odio está más cerca de lo Real, es muy difícil sacar a alguien del odio. El amor cambia, repite, etc. pero el odio parece algo muy ligado a una fijación.
La vida humana tiene una dimensión trágica pero también otra cómica. La comedia nos presenta como el deseo burla las leyes.

No podemos calcular en relación al deseo. El psicoanálisis no está en el comercio de los bienes. Para Lacan hay una oposición radical entre lo que él llama el centro deseante y el servicio de los bienes. Este centro deseante está ligado al concepto de repetición, al  objeto “a”, que  funciona como regulador del deseo, no es un objeto de intercambio, ni del comercio. Tiene algo ligado con lo real, no es un objeto de cálculo. El objeto “a” solo lo conocemos por su repetición: una mirada, una voz… que solo se hace patente a través del análisis.

Ese centro deseante, en la enseñanza de Lacan, en su recorrido se formalizará como objeto “a”, y más tarde será el goce”. El goce proviene de los circuitos del significante, pero no solo, más bien  de lo real.

El inconsciente está estructurado como un lenguaje. La repetición no.

El Seminario “La Ética” es un punto de viraje en la enseñanza de Lacan. Es el momento en que se separa la estructura del inconsciente de la repetición.

 





Colección Vídeos

Ahora puedes consultar nuestra colección de vídeos sobre conferencias, seminarios y actos que hemos ido recopilando durante más de diez años y que recogen interesantes intervenciones de los mejores profesionales en psicoanálisis.
IR A VÍDEOS

Colección de Audios

En nuestro archivo sonoro hemos ido recogiendo las intervenciones de especialistas en psicoanálisis y que recorren un amplio abanio de temas de máximo interés. Aquí recogemos mas de 10 años de seminarios debates y conferencias. IR A AUDIOS

Textos Online

Ahora se puede consultar nuestro fondo de textos online con las materias que hemos considerado más importantes y con las firmas más prestigiosas en la visión lacaniana de psicoanálisis. Consulta nuestro índice con todos los textos a tu disposición. IR A TEXTOS ONLINE

SÍGUENOS EN: twitter facebook
Instituto del Campo Freudiano. 2012 | Website por: oficina gráfica. <
Joomla templates free