La frase simbólica. Del sin-sentido y de la estructura de Dios. Del sin-sentido y de la estructura de Dios. Del rechazo de un significante primordial

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Reseña de la clase impartida por Jean Louis Gault


Eduardo Velazquez Navarrete


Reseña de la presentación de Jean-Louis Gault sobre los capítulos 8 al 11 del Seminario de Jacques Lacan: “Las psicosis” en el Seminario del Campo Freudiano de Granada el 10 de diciembre de 2017.


Avanzamos en los capítulos del seminario y nos encontramos a Lacan buscando la estructura que pueda dar cuenta de los fenómenos psicóticos.
 
Para ello se sirve de dos elementos: la topología y el lenguaje.

Topología: R – S – I

Lacan toma el delirio de Schreber como una interlocución delirante. Schreber está en una relación de palabra con Dios, una interlocución que se organiza en dos ejes: el eje imaginario, en el que el Yo se relaciona con i(a), y el plano simbólico en el que S se relaciona con el Otro, con el lenguaje.
De esta manera Lacan sitúa al yo a nivel del espejo pero también al nivel del discurso. Un ego nunca está solo, siempre cuenta con un mellizo: el yo ideal que es una fantasía que habla. Aún más, es una fantasía hablada. En la psicosis este yo ideal se pone a hablar de manera manifiesta.

 El arma principal de progreso de Lacan en las psicosis es diferenciar entre estos dos planos y el arma del psicoanálisis lacaniano es distinguir entre dos instancias: el otro y el Otro. Así en la psicosis encontramos fenómenos imaginarios, pero no se pueden interpretar adecuadamente si no se posee el registro simbólico: es necesario el orden simbólico para que de la dimensión imaginaria emerja el sentido.
 Y es porque este Otro se sitúa como el correlato necesario de la palabra, el campo de la palabra que es diferente al campo especular y de las imágenes.
Parece que en el psicótico está en un mundo imaginario, pero la causa de este disturbio hay que buscarla en otro lugar. Quedarse en lo imaginario y lo simbólico no nos satisface. Está, entonces, explorando lo real.

Lenguaje:

¿qué es un lenguaje? La relación S/s (Significante/significado)  no es biunívoca. Tampoco las palabras de una lengua surgen de inmediato, hace falta un tiempo y podemos olvidar el origen de las palabras. “Me falta la palabra”, decimos a veces, y es que para que algo falte primero hay que haberlo tenido. La falta se relaciona con una presencia. Y es que con el lenguaje se hace ser, no existencia sino ser: donde no había nada, algo aparece, es. El discurso y la palabra tienen un efecto de creación. El discurso crea un mundo nuevo y tiene efectos en el sujeto.

Interpretamos el Icc como la presencia continua del lenguaje en el ser humano, la presencia siempre continua del discurso en el sujeto, siempre dispuesto a asomar. Concibe así Lacan el icc como el discurso del Otro y es a partir de su concepción del Icc que puede interpretar los fenómenos psicóticos en el delirio de Schereber.
¿Cual es la relación entre el delirio de Schreber y el Icc? El motor del delirio de Schreber es la su relación perturbada con el lenguaje. Hay algo que toca al funcionamiento del lenguaje, del discurso. ¿Qué es?  En la neurosis permanecemos en el nivel de lo simbólico, en la relación S/s. En la psicosis hay desorden en lo simbólico y lo reprimido no aparece en lo simbólico, como ocurre en la neurosis, sino en el exterior (Freud) ¿dónde? Es su concepto de lo Real, que existe por la existencia del lenguaje: lo real como lo que queda por fuera de lo simbólico.
En la neurosis lo reprimido reaparece en lo simbólico, con una máscara. En la psicosis reaparece en lo real para posteriormente imaginarizarse. En la psicosis el Icc está presente, pero no funciona.


La promoción, la valorización en la psicosis de los fenómenos del lenguaje es para nosotros lo más fecundo de su enseñanza.

Atrapado en el lenguaje

Si la relación delirante de Schreber con dios es de interlocución la estructura del dios de Schreber alude a un conjunto, a un otro que estructuralmente es unitario. El dios de Schreber está siempre presente, y el drama es que a veces no responde. El dios de Schreber habla, pero habla para no decir nada, es un dios que no deja de hablar en un discurso que no tiene sentido.  Es un dios del lenguaje, hecho de lenguaje, que no sabe de la vida de Schreber. No sabe de sus sentimientos, de sus deseos, de su culpa. No quiere nada, no demanda ni pide amor. Es solo un dios que habla, habla, habla, con frases incompletas que Schreber debe completar.

El psicótico es un mártir del Icc, el psicótico testimonia lo que el lenguaje hace en el ser vivo. Los efectos del lenguaje en el ser humano se ponen de manifiesto en la psicosis, sobre todo en la esquizofrenia, en donde el sujeto no tiene defensas contra los efectos del lenguaje.


Eduardo Velazquez Navarrete