Reseña "Los callejones sin salida de Michael Balint" con Concha Lechón
Seminario del Campo Freudiano en Granada celebrado el sábado 13 de abri de 2024.
Reseña de la clase impartida por Concha Lechñon sobre el Seminario 1 de Jacques Lacan "Los escritos técnicos de Freud":
XVI. Primeras intervenciones sobre Balint
XVII. RElación de objeto y relación intersubjetiva
XVIII. El orden simbólico
Reseña elaborada por
Eduardo Velázquez
Lacan, de la mano de Balint, criticando sus postulados acerca de la vertiente imaginaria de la transferencia está de lleno en su “período simbólico”: desde Función y campo de la palabra y el lenguaje, términos como “identificación” o “transferencia”tiene un valor simbólico. La transferencia se juega en el terreno de lo simbólico, el analista pierde la consistencia de la trama imaginaria y pasa a ocupar un lugar simbólico, el análisis pasa por una historización: entrar en el dinamismo retroactivo de las subjetivaciones.
Balint está dominado por las concepciones de la IPA, que se desvían de la obra freudiana. “hay que buscar los desvíos de la obra de Freud donde son sutiles”. Lacan se pregunta: “¿Cómo progresa un análisis?”: solo por las intervenciones que llevan a un sujeto objetivarse, pero considerando las dimensiones simbólica e imaginaria de la relación de objeto. Puntuando, repuntuando y dando sentido a lo que se está diciendo: Otro como lugar del gran del Otro, de la palabra en el campo del lenguaje. Sin tener en cuenta la dimensión simbólica, entramos en los callejones sin salida de la transferencia, es decir, en la imposibilidad de progresión de un análisis hacia su fin. Este es el primer
callejón sin salida: no dar lugar a lo real. Lo real aparece ya en el trasfondo, excluido por definición, pero ninguna teoría por ahora lo había hecho entrar. Sólo introduciendo lo simbólico algo bosquejado como lo real puede hacer su entrada.
Lacan evoca el perverso polimorfo de los tres ensayos sobre la teoría sexual de Freud, el descubrimiento positivo que hizo el psicoanálisis del desarrollo de la sexualidad: que el primer momento constitutivo es el autoerotismo que pone en juego las pulsiones parciales. La relación de objeto, tan de moda en los años 50 del siglo pasado, no da cabida al autoerotismo que es para Freud el estado primero de la existencia. En esta fase no se diferencian los objetos, pues la pulsión satisface algo diferente de la necesidad: la necesidad que introduce Freud no es la necesidad biológica a la que apunta Balint, sino a la necesidad de satisfacción de la exigencia pulsional. Este es el segundo callejón sin salida: considerar la relación de objeto en el registro de la satisfacción de la necesidad.
Y el amor, en medio de todo esto, precisa del registro simbólico, para dejar de estar capturado por la “intersubjetividad imaginaria”. Requiere de la participación del registro simbólico en forma de palabras de amor. Este es el tercer callejón de salida de Balint que impediría hacer progresar un análisis: Usar la relación imaginaria como la noción central de la transferencia.
A partir de aquí, más allá de la necesidad, la voz y la mirada son objetos que se introducen en relación al deseo del Otro (sus referencias son la psicosis y la experiencia clínica de la alucinación y Sartre y la mirada de “El ser y la nada”). El registro de la palabra es introducido por la ambigüedad que introduce la mentira en la realidad: la palabra es embustera.
Así este es el escenario “desviado” hasta ese momento: centrarse en las necesidades que el sujeto no satisfizo olvidándo la dimensión de la palabra que nos introduce en este más allá de la necesidad; No tener en cuenta lo simbólico que pueda hacer entrar algo de lo real; Interpretar a la luz de la vertiente imaginaria de la transferencia sin tener en cuenta lo que se introduce en el campo del lenguaje.
A partir de ahora hablará de la palabra en la transferencia y cómo se llega a la verdad a través de la mentira.