Errores del nudo. Reparaciones sinthomáticas y no sinthomáticas
cas de tablette de bord m allopurinol couleur de prescription contacte pour pas cher

Seminario 2013-14

Imprimir

Errores del nudo. Reparaciones sinthomáticas
y
no sinthomáticas

Reseña de la clase impartida por Sergio Larriera

David Peñafuerte


Reseña de la presentación de SERGIO LARRIERA del Seminario 23 de Jacques Lacan: El sinthome, en el Seminario del Campo Freudiando en Granada el 16 de noviembre de 2013.

Nos acompañaba en la última sesión Sergio Larriera que se planteó como objetivo ofrecernos una posible lectura, una serie de claves, para mejor interpretar el Seminario XXIII.
En primer lugar nos transmitía una serie de advertencias, que podrían funcionar como avisos para navegantes de todos los que traten de acercarse al texto, advertencias que ya fueron transmitidas por Jacques Allain Miller.
Miller nos advierte, en conferencia incluida en el texto “Matemas 1”, acerca de la inexistencia de supuestos “topólogos lacanianos”. La topología lacaniana, como una disciplina de eruditos, es algo falso, es una impostura. De lo que se trata es de dar cuenta de las topologías que usó Lacan (topología de grafos, topología de superficies y topologías de cadenas o nudos) para mejor orientar su enseñanza. Pero ojo, al igual que no hay una topología lacaniana tampoco hay Lacan sin topología. No se puede realizar lectura de Lacan sin tratar de entender la topología en Lacan. La primera advertencia sería por tanto: No hay topología lacaniana pero tampoco hay Lacan sin topología.

Segunda advertencia: En el año 86, en el curso “Los Signos del Goce” se plantea la especial relación de Lacan con la teoría de nudos en términos de posesión. En “La Piece Detachée” Miller nos dice que Lacan esta poseído por los nudos. Miller nunca estuvo poseído por los nudos, aconseja prudencia. Miller se declara poseído por la relación de Lacan con los nudos, no poseído por los nudos. Esta cuestión de la posesión es una especia de consejo metodológico que nos da Miller para adentrarnos en la problemática de los nudos y cadenas del Seminario XXIII. La sugerencia es no intentar comprender, hay que dejarse poseer por lo que Jacques Alain Miller llama el bosque de nudos, un bosque en el que nos adentramos sabiendo que no hay ninguna esperanza de comprender nada. Se trata de dejarse llevar e ir discerniendo, porque inevitablemente nuestra vocación es la de hermeneutas. Esta pasión hermenéutica nos va a llevar a tratar de entender hasta lo más absurdo, a tratar de entender los dilemas de los nudos.

Tercera advertencia: En Lacan los nudos no son de fácil intuición. Los nudos permanentemente nos invitan a una intuición que se ve defraudada por la realización. Lacan se equivocaba constantemente al confeccionar nudos, vivía permanentemente acechado por el tropiezo en la realización de los nudos. Esta característica de los nudos hizo que  hizo que Lacan precisamente considerara que los nudos tenían una geometría adecuada para presentar la problemática del goce. Esa dificultad, que va contra la evidencia, contra la intuición, es para Lacán una virtud de la representación a través de cadenas y nudos.
El Seminario XXIII es un texto especialmente complejo, un gran bosque de nudos, y Miller se nos ofrece como el pulgarcito que trata de guiarnos con sus piedrecitas blancas.
El Seminario XXIII se abre con un friso de cuatro nudos y un equívoco (en este punto Sergio nos recordó como en términos lacanianos la verdad habita donde se plantea el equívoco). Tenemos dos términos en francés de distinta escrituras pero en una prácticamente perfecta homofonía. Dos términos que son el lacaniano arcaico sinthome –escrito con th- y el moderno término francés simptome.

Nos detuvimos en el friso inicial, un friso de cuatro nudos, considerando nudo una sola cuerda que se une sus extremos. Así la cadena borromea no sería un nudo, sino una composición de tres nudos: simbólico, imaginario y real.
Hay nudos que tienen tres cruces, nudos que para sostenerse como nudos necesitan de esos determinados cruces. De esos los más representativos son los nudos de trébol. Cuando Lacan nos habla de un nudo de tres tenemos que entender que nos habla de un nudo de trébol de tres cruces.
La cadena borromea es una especie de estructura perfecta donde lo simbólico, lo imaginario y real son elementos que quedan perfectamente trabados. Sin embargo esta estructura requiere según afirma Lacan en el Seminario XXIII de un cuarto elemento: No hay cadena de tres nudos sin un cuarto que los anude. La cadena elemental del Seminario XXIII es así una cadena de cuatro elementos: Lo real, lo simbólico, lo imaginario y el sinthome, del que desconocemos la naturaleza. Todo el trabajo sobre Joyce, que es el trabajo del Seminario XXIII, consiste en ir llevándonos a construir lo que sería el nudo de Joyce.
Son muchas las búsquedas de Lacan en el texto. Es imposible intentar desentrañar todas estas búsquedas. No se puede encontrar una solución lógica y unívoca. Piezas Sueltas es el texto en el que la equivocidad lacaniana se acaba de imponer al ideal univoco milleriano. Toda pretensión de univocidad naufraga y se imponen formulaciones más poéticas, más en consonancia con la experiencia analítica. De ahí que se culmine en el caso Joyce, que poco a poco se ocupó de despedazar la lengua inglesa, de descomponerla, culminando en el “Finnegans Wake”, punto de llegada del trabajo de ruptura y descomposición. Este es la inspiración de Lacan. Lacan sumerge toda su teoría en un trabajo de descomposición de tipo joyciano. La única arma con la que contamos es la equivocación. En la equivocación podemos confrontarnos con el síntoma. Este es el secreto de la fascinación de Lacan por los nudos y por la obra de Joyce.
Los nudos del friso son todos nudos de cinco cruces. No se hablará de ellos en la primera clase. No se sabe que significan. Lacan se apropiará de uno de estos nudos llamándolo “el nudo de Lacán” y dirá de él que es sublime por la peculiar forma de deshacerse.

La cuestión del lapsus es central en el Seminario XXIII. En el texto se trabaja continuamente sobre los lapsus que se producen al construir los nudos y la forma en que se pueden reparar esos lapsus para que las cosas de alguna manera se mantengan. Lo esencial en este seminario XXIII son por tanto las nociones de lapsus y reparación.
El nudo de trébol, el nudo de tres cruces, no es equivalente al nudo trivial. Uno no se puede transformar en el otro. Si en el nudo de trébol hay un lapsus se produce un nudo trivial, un redondel. En este punto se trajo a colación la obra del novelista Julián Ríos, en la que aparece el argentino “treboludo”. El treboludo es un trébol en el que dos ramas del trébol son como dos testículos y la otra se eleva cual pene. Para Larriera un treboludo es un trébol estúpido, un trébol que se equivocó, en el que se cometió un lapsus, que no es trébol en realidad, que se transforma en trébol trivial. Es un trébol imbécil que se trivializa.

Cuando se agrega el sinthome, la reparación del lapsus, se obtiene un remedo de nudo de trébol. Se construye una cosa que no es exactamente un nudo, sino una cadena de dos nudos. Hay dos cuerdas independientes, la del trébol abolido fallido (el treboludo) y otra la cuerda suplementaria, el sinthome, que viene a cubrir la falla y a sostener de alguna manera el nudo. Con una sola cuerda, cuando hay lapsus, no hay reparación posible. Se consigue así la apariencia de trébol. Un trébol con muleta.

Vimos también que las reparaciones se pueden dar en el lugar donde se produjo el lapsus (reparaciones sintomáticas) o en otro lugar donde no se produjo (reparaciones asintomáticas). Estos distintos tipos de reparación servirán de base a Lacan para realizar un largo desarrollo a lo largo del texto sobre el hombre y la mujer, la relación sexual, etc.
El caso de Joyce responde a un modo particular de suplir el desanudamiento. En la última clase del Seminario XXIII se expone el nudo joyciano. El nudo joyciano final es un nudo de tres elementos fallidos cuya reparación se produce con un cuarto elemento. Es un nudo de cuatro elementos. Donde lo simbólico tenía que pasar por debajo de lo real se produce un lapsus y lo simbólico pasa por encima. Lo imaginario quedó suelto. Aparece un desapego de Joyce respecto de su propio cuerpo del que se desprende como una cáscara que cae. Lo real y lo simbólico quedan interpenetrados y producen una especial relación de Joyce con la literatura cuya mayor manifestación son las epifanías, las imposiciones de palabras, como puntos donde lo simbólico y lo real se fusionan. Todo ello porque en Joyce se produjo una falla de la fusión paterna. Joyce consiguió la reparación por el sinthome, por lo que llamará Lacan “el ego joyciano”, por la imposición de su enorme genio literario y por la autoimposición de la misión de regeneración del espíritu increado de su raza. Su ego tiene una solidez insumergible, ego que le permitirá nadar en el oleaje de la psicosis, oleaje donde su hija, al contrario, se ahogará.

Colección Vídeos

Ahora puedes consultar nuestra colección de vídeos sobre conferencias, seminarios y actos que hemos ido recopilando durante más de diez años y que recogen interesantes intervenciones de los mejores profesionales en psicoanálisis.
IR A VÍDEOS

Colección de Audios

En nuestro archivo sonoro hemos ido recogiendo las intervenciones de especialistas en psicoanálisis y que recorren un amplio abanio de temas de máximo interés. Aquí recogemos mas de 10 años de seminarios debates y conferencias. IR A AUDIOS

Textos Online

Ahora se puede consultar nuestro fondo de textos online con las materias que hemos considerado más importantes y con las firmas más prestigiosas en la visión lacaniana de psicoanálisis. Consulta nuestro índice con todos los textos a tu disposición. IR A TEXTOS ONLINE

SÍGUENOS EN: twitter facebook
Instituto del Campo Freudiano. 2012 | Website por: oficina gráfica. <
Joomla templates free