El lenguaje del Yo en la modernidad
Manuel Fernández Blanco
PRESENTACIÓN
Sí, efectivamente, este libro -pequeño pero exquisito- forma parte de una colección iniciada por el Campo Freudiano y la Universidad de Granada. Pero es en el tiempo continuación de los Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis, publicación que se remonta a comienzos de los noventa. Es, a fin de cuentas, un eco más de la labor abierta al debate público del Instituto del Campo Freudiano y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Un diálogo que proseguimos entre el psicoanálisis como práctica y la civilización actual que es nuestro partenaire.
Ello no significa que el psicoanálisis se convierta en sociología. Más bien al contrario: parte de lo más singular del sujeto, su síntoma, para extraer de la clínica fenómenos que son comunes a la vida cotidiana, a la cultura, concebida como forma de goce.
“Solo hay despertares en singular” –decía Lacan- y por ello, quizás, no se mostraba pesimista frente a la civilización globalizadora en la que se proponen sin cesar objetos de deseo y, sin embargo, falta la falta. Esta delectación permanente provoca angustia y depresiones generalizadas propias del desaliento.
Pero, como nunca se puede estar tan mal que no se pueda estar peor, la relación del sujeto con el capitalismo pulsional -como bien ha sido nombrado en otro momento por el propio Manuel Fernández Blanco- sufre una merma de lo simbólico y una sobredeterminación mayor de los registros imaginario y real. Frente a los antiguos -y universales- ideales sociales, se establecen nuevas formas al servicio de la adaptación al goce particular. Toman mayor presencia las imágenes corporales que propone la ciencia y las normas del Yo ideal se hacen más fuertes: extensión del imperio de las imágenes no reguladas por el lenguaje sino por la escritura científica, decadencia del ideal del Yo y desarrollo del Yo ideal.
El lenguaje del Yo en la modernidad es una aproximación, rabiosamente actual a pesar de haber sido establecida hace unos años, a los cambios producidos en la sociedad contemporánea. Es útil si se lee en clave política pero lo es aún más si suscita preguntas bajo la transferencia del Psicoanálisis. A fin de cuentas un psicoanalista solo considera a los sujetos uno por uno.
Las propuestas y análisis que Fernández Blanco hace resultan novedosos pero parte de los instrumentos teóricos aportados por Freud y Lacan. Freud produjo una primera subversión del sujeto cartesiano al descubrir el inconsciente. Desde entonces, a primeros del siglo XX, el Yo no está donde se pensaba. El concepto de Yo, sirvió al psicoanálisis postfreudiano, a la Ego Psychology, para proponer al sujeto significantes amos a los que identificarse. De esa manera traicionaba el propio descubrimiento de Freud: O hay identificaciones o bien hay psicoanálisis. Lacan, en plena revuelta del Mayo 68, pudo construir y desarrollar su teoría de los cuatro discursos al que más tarde agregó el capitalista. El discurso del amo, y su derivación moderna, a los que se opone el psicoanálisis han convertido la protocolarización y el cognotivismo en ejes de categorías clínicas pero sobre todo, tratan al deseo, y la vida cotidiana por extensión, como cuantificable y evaluable. Sin embargo, algo se les escapa porque es irreducible: los modos de gozar del sujeto y la civilización.
Frente a los imperativos del capitalismo, nuevo discurso del amo, el psicoanálisis se despliega como subversivo porque aporta un saber sobre el propio borde de la angustia. No es reaccionario ni progresista, representa la esperanza frente a toda esperanza.
José Luis Chacón
Secretario Granada - Escuela Lacaniana de Psicoanálisis