Todavía Lacan y por suerte
Céline Menghi
PRESENTACIÓN
Como revela la solapa de este breviario, se inaugura una nueva serie de conferencias de extensión del psicoanálisis en Granada, que lleva por título Serie Sigmund Freud, y es Céline Mengui, psicoanalista en Roma, quien firma esta primera entrega.
Todavía Lacan y por suerte es un título que ya dice con claridad de qué se trata: frente a “el psicoanálisis está obsoleto, Freud y Lacan están superados” que se oye en algunos ambientes profesionales o culturales; Céline Mengui, con su espléndida escritura, hace un recorrido singular que parte del consentimiento inaugural de Freud al poder de las palabras, a la sorpresa de lo que Anna O definía en su encuentro con el psicoanálisis como talking cure, cura por la palabra. Ante el océano de palabras gastadas y desvirtuadas, Céline muestra que con Lacan se puede dar un paso hacia un nuevo estatuto de la escucha y de la palabra como medio de acercarse al real de la pulsión. Concluye este recorrido con dos viñetas clínicas de la práctica actual del psicoanálisis en un centro de atención y consulta gratuita de Roma.
Dos pequeños apuntes antes de dejarles con la interesante lectura de esta conferencia. Se trata de dos conceptos que, en cierto modo, sorprenden a aquellos que se inician en la lectura del psicoanálisis de orientación lacaniana: El goce y la ética.
El goce. Freud en su XXIII lección introductoria al psicoanalisis, Vías de formación de síntomas, nos dice que la satisfacción que procura el síntoma es de una singularísima naturaleza pues es sentida como dolorosa. Se puede ver en esta “satisfacción dolorosa” freudiana cómo resuena el concepto de goce que Lacan introduce y formaliza en su enseñanza y que Céline nos enseña a localizarlo a través de los sutiles trazos de goce que una escucha advertida puede leer en las resonancias de los dichos del paciente.
La ética. Para Céline Menghi “no hay psicoanálisis verdadero mutilado de la ética”, pues la ética del psicoanálisis no es una deontología de buenas prácticas ni está sometida, tomando prestadas las palabras de Michel Leiris, a la malaventurada losa de las buenas intenciones. Celine responde a la pregunta sobre cuál es la ética del psicoanálisis cuando, en el segundo caso clínico que que nos relata, ubica al analista como in-preparado, inmaduro, sin saber cuál es el bien del sujeto, siendo ésta la condición fundamental para que los pequeños detalles sin sentido puedan emerger y dar luz a lo más singular de cada sujeto. Dicho de otra manera, esta ética del psicoanálisis se puede condensar como un saber hacer con el no-saber.
Juan Carlos Ríos