El acto imposible. Atrapadeseos. El deseo de la madre. No hay Otro del Otro.
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Conferencias y debates 2024 - 2025

Curso de introducción al método psicoanalítico

El acto imposible. Atrapadeseos. El deseo de la madre. No hay Otro del Otro.


Reseña de la clase impartida por Guy Briole


María Cruz Rodríguez


Reseña de la presentación de Guy Briole de los capítulos 13 al 16 del Seminario 6 de Jacques Lacan: El deseo y su interpretación, en el Seminario del Campo Freudiano en Granada el 20 de febrero de 2016.

 

RESEÑA ABREVIADA


En la conferencia que Eric Laurent pronunció en las XXII Jornadas de la EOL “Lo real en el análisis”,1 resalta algo que  clarifica el interés que Lacan muestra en el seminario 6 sobre la figura de Hamlet.
Dice E. Laurent: “Lacan recurre a Hamlet no solo porque ilumina la lucha del héroe con el padre, sino porque Shakespeare trata el problema del deseo como tal más allá de todo imperativo vinculado al padre. Lacan se pregunta sobre el deseo que hay en Hamlet  ¿quién es este sujeto que habla en busca de su deseo?

Eric Laurent, con Lacan, ubica a Hamlet fuera de las referencias al orden simbólico, al orden del padre, lo sitúa, más bien, en el desorden de lo simbólico.
Las lecciones que dedicó a Hamlet ilustran la posición tomada por Lacan en el destino del psicoanálisis y anticipan los contenidos que desarrolló en los dos seminarios siguientes “La ética del psicoanálisis”, donde aparece la cuestión del goce y “La transferencia”  como el lugar del amor.

Guy Briole, en esta sesión de trabajo, abordó los capítulos XIII al XVI recordando  cómo en 1958-1959 Lacan trabaja la cuestión del deseo alrededor de Edipo y Hamlet como paradigmas del deseo. Es el año del deseo y su interpretación, título del seminario; interpretación en dos sentidos, en el sentido de la comprensión, es decir, qué  entendemos por  deseo y también  por práctica, el acto, interpretar el deseo en el acto. En el título de este seminario hay que percibir estas dos orientaciones.

En estos 3 años Lacan trabaja sobre los conceptos, deseo y  amor. Nos recuerda Briole que el objetivo de Lacan en estos 3 años fue la práctica, la dirección de la cura, tratando de precisar qué es el acto.
Este seminario nos hace entrar en la obra de Shakespeare de una manera totalmente  original.

HAMLET
Hamlet es la herencia de un malentendido, un malentendido que va más allá del malentendido que contiene el lenguaje, no se refiere a la verdad o no, de lo que se trata es cómo realizar la venganza prometida al padre habiendo heredado el malentendido.
En el encuentro de Hamlet con el espectro de su padre, hay lo imprevisible, lo inédito, el inimaginable que se realiza, no hay ninguna anticipación para Hamlet.

Hay una falta, un agujero,  eso es  lo que subraya Lacan siempre en Hamlet, no hay nada, ninguna indicación a Hamlet de cómo debe realizar la  venganza, nada sobre el acto, en el centro del malentendido hay una falta.

Es el Hamlet engañado, privado de padre, privado del trono por esta boda, avergonzado por  su madre que él  quería enlutada, es aquí  finalmente donde se instala la duda y la ambigüedad de lo  transmitido por el padre.

Hamlet se detiene ante su acto no por miedo, sino porque sabe que a quien tiene que castigar no es al ser despreciable de su tío usurpador, si no a Claudio en tanto hombre que encarna mejor que nadie la potencia fálica. Alguien que no se siente sometido a ninguna regla y se burla de los límites tan propios de la condición humana.
Por tanto Hamlet no ha recibido ninguna indicación precisa para regular su conducta, la doble determinación que debe sostener frente a su madre y Claudio debe inventarla  sobre el fondo de un malentendido que está en la herencia que recibe. No para de preguntarse ¡qué hacer! esto hizo evocar a Freud la inhibición de Hamlet, ese qué hacer se prolonga de manera infinita, su procrastinación2.
Incluso Shakespeare juega con el equívoco de los significantes, de tal manera que enseña que el malentendido está incluido en la estructura misma del lenguaje.
El rey ha sido matado por un veneno vertido en la oreja, malentendido llevado por el lenguaje que no comporta ningún significante que regulara la cuestión del deseo, ni tampoco daría cuenta del sexo, es decir, se podría hacer una relectura de Hamlet a partir del parletre,  aunque en esta época  la lectura  que hace  Lacan es a  partir del sujeto, pero podemos ver cómo finalmente hay una modernidad, una anticipación de la que se podría hacer una lectura a partir de la clínica del parletre, de la implicación, de cómo se junta el cuerpo finalmente con el inconsciente.
La cuestión de qué inventar en relación con esta herencia  es el corazón de la problemática del deseo de Hamlet.

Lacan hace a Hamlet el prototipo del heredero moderno del malentendido.
En efecto a la ley del lenguaje le falta siempre un significante, este es el credo de la primera enseñanza de Lacan. La falta que Freud buscará del lado histórico de un parricidio culpable es la falta de un significante en el lenguaje, eso para dar cuenta de lo sexual.
¿Qué falta en el lenguaje? ¿Cuál es el significante que falta? el falo responde Lacan, el falo es la significación inducida por el Nombre del Padre, lo que hace que lo sexual sea articulado metafóricamente al lenguaje.
Es precisamente el hecho de no hacer el duelo de lo que le falta al lenguaje, lo que  hace imposible a Hamlet la invención de un saber hacer con esta herencia que debe asumir, Hamlet no logra decidirse al acto, se queda siempre en el decir, dice Lacan.
Matar le parece algo muy simple  y dice en el acto V escena 2: “la vida de un hombre se apaga en un soplo, solo el momento de decir uno”, esto es extraordinario cuando sabemos el destino que tiene la cuestión del Uno en Lacan.
La ficción que Hamlet busca es golpear a Claudio hacia quien está orientado el deseo de la madre3.

Dice Lacan, p. 270: Con seguridad, todo en Hamlet está de acuerdo para que él actúe y no actúa. Es Obvio que aquí empieza el problema.
Hay que precisar que el acto de Hamlet no tiene una explicación psicológica o sociológica, ni siquiera en una estructura clínica, tiene explicación en la estructuración misma de la obra, hay que salir de la relación imaginaria para poder entender lo que bloquea el acto de Hamlet.  
Como Lacan plantea la cuestión de Hamlet es una cuestión de deseo, no lo relaciona como Freud con la cuestión edípica, no es una estructura clínica.

Lacan critica las diferentes interpretaciones que se hacen desde Edipo a Hamlet proponiendo en la p. 268 el método clásico, por comparación, señalando las diferencias entre Edipo y Hamlet

EDIPO                                                              HAMLET
-No sabe del padre                                  -El padre sabe y lo dice a  Hamlet
-El anuncio viene del oráculo              -Es el Padre quien revela lo que ha pasado
-El crimen es inconsciente y                -El crimen es un saber  del padre y del hijo
 Cuando Edipo sabe lo que ha                pero queda  lo reprimido, esa es una de las
 Hecho  viene el autocastigo                   fuentes de la   procrastinación de Hamlet.
-El drama en Edipo está hasta             -El drama  es conocido  al inicio, por eso la
  La solución  final                                      elección ser o no ser, elige el ser, una elección                                                          
                                                                         Forzada,  el hecho de conocer no le deja
                                                                        Retroceder, solamente procrastinar


Por otra parte Lacan presenta a Ofelia como un brote a punto de abrirse, Ofelia abriéndose a la vida, aunque finalmente va a estar, ella también, borrada de toda la historia. Ofelia interroga el secreto del deseo.

Notas:

1 Eric Laurent, Conferencia pronunciada en las XXII Jornadas  anuales de la EOL: “Lo real en el análisis”. Buenos Aires, 24 de noviembre de 2013.
2.- Si el acto es llegar allí, Hamlet no lo hace. La posición de Hamlet en relación a su acto es el de una procrastinación. (Diferir, aplazar) Lo pospone. Realizar el acto sería hacer una elección. Pues bien, él duda. Acto III, escena I – Hamlet es prisionero del infierno de una elección: “Ser o no ser, esa es la cuestión”. “He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio.” El pensamiento, en efecto, suspende la acción. “La conciencia hace de todos nosotros unos cobardes”.
3 Se trata claramente de su deseo hacia ella. Lo que frena a Hamlet, en realidad, según Lacan, es que hay algo fuerte que liga a su madre con el asesino de su padre. Adelanta, en este sentido, que Claudio encarna, a los ojos de Hamlet, el falo real y que, en consecuencia, se trata de este falo real al que se castiga. Si Hamlet retiene su brazo es porque sabe que lo que se ha de castigar no es ese personaje que él desprecia (A king is a thing of nothing), sino al significante de la potencia.


María Cruz Rodríguez

 

 


 

RESEÑA AMPLIADA


Briole nos propone hacer una introducción, en la que agrupará  las ideas principales desarrolladas en estos 4 capítulos centrados en la cuestión del malentendido, punto fundamental en estas clases, después retomará los puntos que sobresalen en cada capítulo.
En  el centro de estos 4 capítulos está  el trabajo de Lacan en torno a la figura de Hamlet.
En 1958-1959 Lacan trabaja la cuestión del deseo, alrededor de Edipo y de Hamlet como paradigmas de la cuestión del deseo. Es el año del deseo y su interpretación, título del seminario; interpretación en dos sentidos, en el sentido de la comprensión, qué  entendemos por   deseo y también  por práctica, el acto, interpretar el deseo en el acto. Ya en el título de este seminario hay que percibir estas das orientaciones.

Algunas perspectivas
-Lo referido en torno al deseo y su interpretación, 1958/1959.
-Al año siguiente, 1959/1960 es el año del seminario “La ética del psicoanálisis”, es el año en el que aparece la cuestión del goce, la heroína de este seminario es Antígona y se plantearán  los límites del acto.
-En 1960/1961, es el año de la transferencia, año del amor, con dos personajes centrales de la obra de Paul Claudel (1),  que son Sygne de Coûfontaine y Penseé de Coûfontaine, es el año del amor de transferencia, es decir, que la transferencia es el lugar del amor, un amor particular, un amor al saber.  Ayer tomamos la cuestión del deseo y del amor, vemos que en estos 3 años Lacan trabaja particularmente estos conceptos  y también quiero subrayar que en estos 3 años el objetivo de Lacan, es la práctica, la dirección de la cura, tratando de precisar qué es el acto.
Lacan en estos trabajos  insiste en lo trágico de los personajes, por ejemplo en la Introducción a, Lov. V. Stain, obra de Margarite Duras (2), nos habla de la anticipación del creador, no tenemos que interpretar al creador sino que es su obra la que nos dice cómo nos interpreta a nosotros mismos. Ayer os mencionaba a Catherine Millet, la cuestión no es interpretar a Catherine Millet, se trata de saber cómo la obra misma de Catherine Millet nos interpreta,  nos interpela. Lacan nos trae las tragedias de personajes como Edipo, Hamlet, Antígona, Sygne de Coûfontaine y Penseé, figuras fundamentales de la literatura universal.
 Lacan, en este seminario nos hace entrar en la obra de Shakespeare de una manera totalmente  original, no hay un director de teatro que preparando esta obra no se haya referido al trabajo de Lacan sobre el personaje de Hamlet, es un  trabajo fundamental.

HAMLET
 
Hamlet es la herencia de un malentendido, un malentendido que va más allá del malentendido que contiene el lenguaje, por eso es tan compleja la cuestión del deseo en Hamlet. El malentendido no se refiere a la  verdad o no,  de lo que se trata es de cómo realizar la venganza del padre, la venganza prometida al padre.
En el encuentro de Hamlet con el espectro de su padre, hay lo imprevisible, lo inédito, el inimaginable que se realiza, no hay ninguna anticipación para Hamlet.
Hamlet, página 37 dice a sus amigos, Horacio y Marcelo: “Los manjares  cocidos  para la mesa del duelo sirvieron de fiambres  en la mesa nupcial”, en ese momento Hamlet no está tomado por la duda, es  lo que oye del espectro de su  padre, es la revelación del padre, es esta cosa puesta en la oreja del padre que rebela una verdad muy embarazosa a la que Hamlet no contesta, algo  pasa por la oreja del padre que lo envenena y lo lleva a la muerte, es ese el destino de Hamlet, algo que escucha  del espectro del padre y que va a llevarlo  hasta su destino final, hasta su muerte. (3)

El Hamlet engañado, privado de padre, privado del trono por esta boda, avergonzado por  su madre que él  quería enlutada, es aquí  finalmente que se instala la duda y la ambigüedad de lo que transmite el padre. Hay una falta, un agujero,  eso es  lo que subraya Lacan siempre, no hay nada, ninguna indicación a Hamlet de cómo debe realizar la  venganza, nada sobre el acto, en el centro del malentendido hay una falta.
En diciembre de 1896 Freud escribe a Fliess lo siguiente: “lo que hay esencialmente nuevo en el descubrimiento es  que eso constituye el corazón del inconsciente, el objeto causa del deseo es un agujero en el lenguaje”.
Este punto del texto freudiano, Lacan lo retoma  y va a ser el centro de  la construcción de su primera enseñanza, el inconsciente estructurado como un lenguaje y finalmente un agujero en el centro del lenguaje, estas reflexiones  pertenecen a la primera enseñanza de Lacan.
Lacan recoge, en su primera lección sobre Hamlet, del trabajo de Freud “Die Traumdeutung” el agujero en el lenguaje inesperado y lo retomará en la categoría de lo simbólico que promueve; esta época es muy rica en Francia, intelectuales se entrecruzan trabajos  de Lacan, de Lévy Strauss, de Foucault y muchos otros, es una época de intelectuales que tienen influencia en el pensamiento de Francia y más allá, en cualquier lugar del mundo se trabajan  estos efectos y lo vivimos también en nuestros análisis.
En 1953 Lacan hace de ello el Otro de lo simbólico, el Otro de las leyes del lenguaje, en los Escritos 2,  pág. 635, “Para nosotros el sujeto tiene que surgir del dato de los significantes que lo recubren en un Otro que es su lugar  transcendental,  por lo cual se constituye en una existencia donde es posible el vector manifiestamente constituyente del campo freudiano de la experiencia: a saber,  lo que él llama el deseo”.
En el seminario que trabajamos hoy Lacan elige, antes de construir la alienación al Otro, el simbólico del malentendido. El malentendido está en el centro de la herencia que recibe Hamlet, la cuestión está en ¡qué hacer!, Hamlet no para de preguntarse ¡qué hacer!, es lo que hizo evocar a Freud la inhibición de Hamlet, ese qué hacer se prolonga de manera infinita, su procrastinación (4).
Hamlet no ha recibido ninguna indicación precisa para regular su conducta, la doble determinación que debe sostener frente a su madre y Claudio, esa doble determinación finalmente Hamlet debe inventarla y debe hacerlo sobre el fondo de un malentendido fundamental, incluso Shakespeare juega con el equívoco de los significantes, de tal manera que enseña que el malentendido está incluido en la estructura misma del lenguaje, esto ya está en Shakespeare el malentendido llevado  por el cuerpo, (Próximo Congreso de AMP).
El rey ha sido matado por un veneno vertido en la oreja, malentendido llevado por el lenguaje que no comporta ningún significante que regularía la cuestión del deseo, ni tampoco daría cuenta del sexo, es decir, se podría hacer una relectura de Hamlet a partir del parletre,  aunque en esta época Lacan hace una lectura a partir del sujeto, pero podemos ver cómo finalmente hay una modernidad, una anticipación de la que se podría hacer una lectura a partir del clínica del parletre, de la implicación, de cómo se junta el cuerpo finalmente con el inconsciente.
“Condenado a ser errante hasta que estén extinguidos y purgados los torpes crímenes que en vida cometí”, esta es una autoacusación del padre  frente  al hijo, le pide vengarse de la infidelidad de su mujer, pero también le confiesa  que  él fue infiel, es decir, que este padre no es sin falta,  no es sin falta tiene estos sentidos, es algo entre la falta, la culpabilidad, el defecto, el fallo, tiene todos estos sentidos.
Lacan hace a Hamlet el prototipo del heredero moderno del malentendido.
En efecto a la ley del lenguaje le falta siempre un significante, este es el credo de la primera enseñanza de Lacan. La falta que Freud buscará del lado histórico de un parricidio culpable es la falta de un significante en el lenguaje, eso para dar cuenta de lo sexual.
No hay, dice Lacan, ningún significante que pueda responder de lo que soy,  hace falta un significante a nivel del Otro S(A/), Lacan no duda en calificar este punto, como “el gran secreto del psicoanálisis”. Forzando al sujeto moderno sin Dios ni transcendencia, como lo era Edipo, a construir una ética de deseo (5), una ética según la cual tendrá que inventar su modo de heredar del malentendido.
Esto es fundamental para el psicoanálisis. Aunque uno herede un malentendido,  no deja de ser responsable de sus actos, cuando Hamlet se dirige a unos y a otros para saber qué conducta debe sostener, antes que todo debe hacerse responsable de sus propios actos, (Aunque Hamlet no está en análisis).
La cuestión de qué inventar en relación con esta herencia es el corazón de la problemática del deseo de Hamlet.
¿Qué falta en el lenguaje? ¿Cuál es el significante que falta? el falo responde Lacan, el falo es la significación inducida por el Nombre del Padre, lo que hace que lo sexual sea articulado metafóricamente al lenguaje.
La ficción que Hamlet busca es golpear a Claudio hacia quien está orientado el deseo de la madre (6).
No es el miedo que le impide a Hamlet irradicar el malentendido de este nuevo casamiento, es el hecho de que es imposible alcanzar la ficción que articula el malentendido, es un entrecruzamiento, no es una relación de causalidad sencilla.
Es precisamente el hecho de no hacer el duelo de lo que le falta al lenguaje, lo que  hace imposible a Hamlet la invención de un saber hacer con esta herencia que debe asumir, Hamlet no logra decidirse al acto, se queda siempre en el decir, dice Lacan.
Matar le parece algo muy simple a Hamlet y dice en el acto V escena 2: “la vida de un hombre se apaga en un soplo, solo el momento de decir uno”, esto es extraordinario cuando sabemos el destino que tiene la cuestión del Uno en Lacan.

En ese loco frenesí que lo embarga Hamlet hiere a Laertes, su madre muere al beber la copa envenenada que el rey había destinado para Hamlet y él clama la traición, pide que salga la luz y es Laertes quien antes de morir revela la culpabilidad de Claudio, el rey, Hamlet en ese momento atraviesa al rey con su espada, todos los protagonistas  finalmente están muertos, Hamlet que también está envenenado porque se pinchó con la punta de la espada, vive sus últimos momentos, sin embargo la cuestión de la impunidad no está resuelta y Hamlet exige a su amigo Horacio, que quiere matarse, que permanezca entre los vivos, (Acto V-Escena 2) “explica mi conducta y justifícame ante los ojos del que ignore”, hay  que justificar  acto.

EDIPO                                                              HAMLET
-No sabe del padre                                  -El padre sabe y lo dice a  Hamlet
-El anuncio viene del oráculo              -Es el Padre quien revela lo que ha pasado
-El crimen es inconsciente y                -El crimen es un saber  del padre y del hijo
 cuándo Edipo sabe lo que ha                pero queda  lo reprimido, esa es una de las
 hecho  viene el autocastigo                   fuentes de la   procrastinación de Hamlet.
-El drama en Edipo está hasta             -El drama  es conocido  al inicio, por eso la
  la solución  final                                       elección ser o no ser, elige el ser, una elección
                                                                        Forzada,  el hecho de conocer no le deja
                                                                        Retroceder, solamente procrastinar
Dice Lacan, p. 270: “Con seguridad, todo en Hamlet está de acuerdo para que él actúe y no actúa”. “Es Obvio que aquí empieza el problema”.
Algo no va bien en el deseo de Hamlet, hay un cambio en el deseo de Hamlet, Lacan lo atribuye al acto que debe cumplir.

Notas:

1.- Claudel, Paul, 1868-1955. Diplomático y poeta francés. Al presentar la trilogía de Paul Claudel, Lacan nos dice que la releyó tratando de aprender algo más sobre el objeto del deseo. En esta obra, que abarca tres: El rehén, El pan duro, y El padre humillado, Claudel va a presentar el drama del deseo humano.

2.- Le ravissement de Lol V. Stein, Gallimard, 1964.Tr.: El arrebato de Lol V. Stein. Tusquets, Barcelona 1987 El arrebato de Lol V. Stein es un excelente texto clínico. Lacan dijo que en él Marguerite Duras demuestra un conocimiento original de la perturbación de la alienación mental y relata mejor que todos los informes psiquiátricos un delirio clínicamente perfecto.

3.- ¿Cuál es este veneno? ¿A qué ser refiere? ¿A qué palabras malévolas? No se sabe. Pero si hay alguien que es envenenado por el oído, señala Lacan, ese es Hamlet. El veneno para él es la palabra de su padre muerto, palabra que lo responsabiliza en función de un hacer.

4.- Si el acto es llegar allí, Hamlet no lo hace. La posición de Hamlet en relación a su acto es el de una procrastinación.(Diferir, aplazar) Lo pospone. Realizar el acto sería hacer una elección. Pues bien, él duda. Acto III, escena I – Hamlet es prisionero del infierno de una elección: “Ser o no ser, esa es la cuestión”. “He aquí la reflexión que da existencia tal larga al infortunio.”, afirma. El pensamiento, en efecto, suspende la acción. “La conciencia hace de todos nosotros unos cobardes”.

5.- Lacan dice así  que si el acto de Hamlet encuentra la razón de su suspenso en su relación al deseo, resta descubrir, en consecuencia, de qué se trata realmente. Freud había dicho del Edipo de Sófocles que es “una tragedia del destino”. Lacan considera que para él el Hamlet de Shakespeare es “una tragedia del deseo”: “Hay algo que no va en el deseo de Hamlet.”

6.- Se trata claramente de su deseo hacia ella. Lo que frena a Hamlet, en realidad, según Lacan, es que hay algo fuerte que liga a su madre con el asesino de su padre. Adelanta, en este sentido, que Claudio encarna, a los ojos de Hamlet, el falo real y que, en consecuencia, se trata de este falo real al que se castiga. Si Hamlet retiene su brazo es porque sabe que lo que se ha de castigar no es ese personaje que él desprecia (A king is a thing of nothing), sino al significante de la potencia.

María Cruz Rodríguez

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